La película ‘Ágora’ de Alejandro Amenabar ha colocado ante el gran público a una de las figuras femeninas más famosas del bajo Imperio romano, Hipatia de Alejandría. Famosa y trágica, pues no sólo fue una gran matemática y astrónoma, sino que fue vilmente asesinada.
¿Cuál fue la causa de su asesinato? ¿Es verdad, como ya proponía Voltaire, que fue asesinada por cristianos por su condición de pagana?¿fue una mártir de la ciencia y la razón frente al oscurantismo cristiano que se cernía sobre el Imperio?
No. La verdad histórica es distinta. La podemos presentar en dos afirmaciones.
1.- La muerte de Hipatia no está conectada con las luchas religiosas de Alejandría
El cierre del más famoso templo pagano de la ciudad, el dedicado a Serapis, se produjo en medio de una lucha de guerrillas urbanas en la que tanto cristianos como paganos asesinaron con saña. De hecho, nos consta que paganos gustaban de crucificar a los cristianos que tomaban prisioneros, includido Gesio, un retórico cristiano, eso sí no tan famoso como Hipatia. Los cabecillas paganos de esta lucha (Olimpio, Amonio y Heladio) huyeron de Alejandría y no fueron nunca detenidos.
¿Cuál fue el papel de Hipatia en estos distrubios religiosos? Ninguno. Se mantuvo, según la fuentes, totalmente al margen. Ella tenía entre sus discípulos a cristianos y paganos por igual, y su propuesta de enseñanza, centrada en élites intelectuales, no estaba asociada con los antiguos dioses. Ella siguió con toda normalidad con su enseñanza antes y después de la clausura del templo de Serapis.
2.- La causa de su muerte es un conflicto político
Sócrates Escolástico, uno de los historiadores más importantes sobre esta época, nos aclara las causas de la muerte. El obispo que encabeza la lucha religiosa fue Teófilo, quien nunca molesta a Hipatia. A la muerte de Téofilo, el cristianismo alejandrino se divive entre dos candidatos a la sucesión: los partidarios de Timoteo, estrecho colaborador de Teófilo, apoyado por el gobernador civil; y los partidarios de Cirilo, sobrino del obispo.
Al final, como es sabido, se impone Cirilo. Sin embargo, la divisón intracristiana persiste y los conflictos estallarán muy pronto. Una alboroto de la comunidad judía de Alejandría, muy antigua e importante en la ciudad, muestra la división cristiana: Cirilo persgigue y expulsa a los judíos de la ciudad. Orestes, el gobernador, cristiano y representante del poder de un emperador cristiano, se opone a la medida y manda detener a un agente de Cirilo, protagonista en el conflicto judío.
Este desencuentro es la chispa de una pugna por el poder. Si el obispo Teófilo nunca traspasó los límites entre poder civil y religioso, Cirilo sí quiere controlar más espacios políticos, restringiendo el papel del gobierno civil. Este deseo hace que se articule un grupo de oposición al obispo en torno a Orestes. En este grupo sí estará Hipatia, que, ya mayor, probablemente en torno a los setenta años, esta vez toma partido en las disputas alejandrinas.
Los partidarios de Cirilo, entre ellos monjes traídos del desierto, atentarán incluso contra la vida Orestes. En este contexto, los partidarios del obispo usarán un instrumento muy conocido en la ciudad: el asesinato político con fines intimidatorios.
Un día de marzo, un grupo de salvajes, encabezados por Pedro, no sabemos si un clérigo o un magistrado, asaltan a Hipatia, la arrastran hasta un iglesia y la matan y despedazan, para luego quemar los restos. Como decía el historiador Sócrates, cristiano,’este asunto trajo el oprobio, no sólo sobre Cirilo, sino sobre toda la Iglesia de Alejandría, porque nada hay más lejos del espíritu cristiano que permitir masacres, luchas y hechos de este tipo’.
Hipatia fue mártir de las contiendas internas de un Imperio cristiano en el que las atribuciones del poder civil y religioso distaban de estar claras.
Texto: José María Pérez Soba. Publicado en la revista Aldebarán.
Imágenes: Detalle de "La escuela de Atenas" (Museos Vaticanos) / Hipatia en una representación idealizada de 1908.
Posteado por César Badajoz
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