Un total de 2.835 farmacéuticos, junto a 2.000 profesionales de otros sectores, han suscrito un manifiesto en el que reclaman al gobierno español que la píldora del día siguiente (PDS) vuelva a venderse con receta médica. Las asociaciones promotoras presentarán el texto al Ministerio de Sanidad una vez haya concluido la recogida de firmas, en enero de 2010.
Desde el 28 de septiembre, la PDS se puede comprar en las farmacias españolas sin necesidad de prescripción médica, en virtud de una decisión del Ministerio de Sanidad. Pero como no hay datos que demuestren que sea segura, la Plataforma Profesional Farmacéutica –que reúne a 21 asociaciones– ha promovido un manifiesto contra la liberalización de la PDS.
El documento comienza denunciando que la Agencia Española del Medicamento ha permitido cambiar la ficha técnica y los prospectos de los dos productos autorizados en España (Norlevo y Postinor), sin las suficientes pruebas médicas que justifiquen la reevaluación del fármaco.
Como consecuencia de esa modificación, ahora la PDS se puede vender también a menores de 16 años sin el consentimiento de los padres. Lo grave del asunto es que, según la ficha técnica de Postinor, “no hay estudios representativos en los que se demuestre que la utilización de la PDS en menores de 16 años sea segura”.
También es “extremadamente desconcertante que en la ficha del Postinor se haga alusión a este importante dato y, en cambio, en la de Norlevo no”.
Un folleto ideológico
Pese a esta incertidumbre, el Ministerio de Sanidad ha publicado un folleto informativo para las usuarias en el que asegura que “esta píldora es un medicamento seguro para la salud”.
El folleto del Ministerio dice también que la PDS “no es abortiva ni produce ningún problema o lesión en el embrión en el caso de que hubiera ya un embarazo”, ya que “es un medicamento hormonal que impide o retrasa la ovulación y en la mayoría de los casos evita el embarazo, pero nunca lo interrumpe”.
Es cierto que la PDS tiene varios mecanismos de acción. Pero, como explica su ficha técnica, uno de ellos es que puede impedir la implantación del embrión en el útero, que es el efecto abortivo. Por eso, el manifiesto considera que “la información suministrada adolece de falta de claridad” y puede “confundir a la usuaria, creando la falsa expectativa de que la PDS no interfiere con el embrión”.
Y añade: “En definitiva, es un hecho que la información que se proporciona es incompleta y está claramente sesgada. Lejos de atender a razones científicas, dicho folleto tiene una profunda carga ideológica y, lo que es peor, pretende imponerla, sin discusión, a todo un colectivo profesional”.
El manifiesto critica también que el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos haya ratificado el folleto, “lo cual contradice su función profesional y deontológica de velar por la mejora de la salud de la población”.
Los firmantes solicitan al gobierno la retirada del folleto que el Ministerio de Sanidad ha distribuido a las farmacias, el retorno de la PDS a la categoría de “medicamento sujeto a prescripción médica” y el reconocimiento del derecho a la objeción de conciencia de los farmacéuticos que no quieren dispensarla.
Además, exige al Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos la retirada del apoyo al folleto, y “el amparo y cobertura a los farmacéuticos que por motivos de conciencia no están dispuestos a dispensar la PDS”.
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Recordamos algunos artículos de Aceprensa con datos significativos sobre las previsibles consecuencias de la venta libre de la contracepción de emergencia.
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