El domingo 7 de noviembre Benedicto XVI visitará Barcelona para oficiar la ceremonia de dedicación de la Sagrada Familia, un acto que convertirá en “basílica” una de las joyas de la arquitectura religiosa y un símbolo inequívoco de las raíces de la cultura europea.
Cada año visitan la Sagrada Familia casi tres millones de personas y la mayoría queda embelesada por la capacidad expresiva de la iglesia aún inacabada, diseñada y construida por Antonio Gaudí. El próximo 7 de noviembre el Papa Benedicto XVI viajará a Barcelona para celebrar la liturgia de la dedicación de este templo que supuso una revolución artística desde que el arquitecto barcelonés se hiciera cargo de su construcción a finales del siglo XIX.
“Catequesis de piedra”
El papel de la belleza artística como medio de expresión de la fe convierte la Sagrada Familia en un símbolo de las raíces espirituales de la sociedad catalana y española a pesar de la extensión de la secularización y el intento de confinar las prácticas religiosas al ámbito privado. El templo es una “gran catequesis de piedra” o “una gran cartografía de lo sagrado” –términos utilizados por el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach–, que se alza en medio de la calle, de lo cotidiano, sin complejos y con los brazos abiertos en un gesto de acogida al hombre en su búsqueda del sentido de la vida a través de la expresión artística. CONTINUAR LEYENDO.
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