No estamos ante un libro habitual. Es un libro de reflexión personal, con algunos datos y con mucho de opinión. Está escrito de forma epistolar. Está pensado para jóvenes de 18 a 30 años, gente de una generación distinta a la que vivió el posconcilio. El estilo es directo, alejado de la erudición, pero con incursiones e informaciones que se consideran válidas para un uso del libro en clase de religión o en centros de enseñanza. No es una carta a alguien que sea ateo o agnóstico, sino a alguien que tiene cierta preocupación por saber. Añoranza por un acontecimiento eclesial que marcó la vida de la Iglesia y sobre el que a veces se ha corrido un velo. Los jóvenes necesitan conocer hoy aquella primavera conciliar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario