martes, 2 de julio de 2013

Seguir a Jesús, es lo central y profundo de la vida Cristiana. Domingo 30 junio 2013.


Domingo 30 de junio. 13º domingo del Tiempo Ordinario


1 Re 19,16.19-21: Eliseo se levantó y marchó tras Elías
Salmo Responsorial 15: Señor, tu eres la parte de mi herencia y de mi copa
Gál 5,1.13-18: La vocación de ustedes es la libertad
Lc 9,51-62: Te seguiré adonde vayas

Seguir a Jesús, es lo central y profundo de la vida Cristiana, cada uno desde su estado, situación, responsabilidad y camino emprendido, pero todos podemos seguirlo. Es algo esencial a nuestro ser impregnado y lleno de Dios. Seguir a Jesús es como una gran aventura, porque no te ofrece nada de lo que te ofrece el ambiente, la sociedad……bienestar, protagonismo, estatus……..te ofrece un camino, un estilo de vida, de relacionarte, de compartir, de vivir. La religión o comunidad de Jesús no es un refugio, un camino a la fama y al poder…..a lo de Te seguiré adonde vayas…..ya sabemos……contentos Señor contentos, allá vamos. Eso de enterrar a los muertos……es que el Pueblo de Dios es de vivos, para la vida……buscando trabajar por una humanización de la vida, aunque parece contradictorio, antes de ser cristianos, estamos llamados a ser humanos, a vivir como tal, que a veces no lo parece……entonces enterremos la muerte, lo que mata para recuperar la vida….siguiendo al que es vida plena…….entonces eso de enterrar a los muertos……enterremos lo que mata las relaciones humanas, como el egoísmo, individualismo, la soberbia, para recuperar la vida, que la necesitamos en plenitud. Y nada de mirar hacia atrás, añorando el pasado, porque no podemos abrir caminos nuevos y buscar la novedad de la vida, mirando hacia atrás. Es imposible mantener el surco de la vida, mirando siempre hacia atrás. Desprendimiento, confianza, saber arriesgar….disponibilidad y amor sin fronteras, necesitan los surcos de la vida que se nos abren, para echar la nueva semilla del Reino. Ante ciertas actitudes de querer retroceder, recuperar lo perdido y mirar hacia atrás, Jesús nos propone caminos nuevos, que hay que hacerlos caminando con él. El peligro de nuestra Iglesia es que a veces nos perdemos en tonteras, cuidando aquello que no tiene nada que ver con la realidad actual, distraídos en puntillas y almidones, cuidando más la apariencia que las relaciones humanas en libertad y cercanía. Mientras Jesús se dejaba querer, los Sres. De la Ley, se perdían, en letras muertas y sin sentido. El mirar para adelante nos debe ayudar a generar vida, apasionados por Jesús y su proyecto del Reino, que es seguimiento creativo y apertura a lo nuevo. ES caminar en actitud de rebeldía, frente a todo lo que nos ata, condiciona, esclaviza…..modas, ismos, ideologías, sistemas…..todo aquello que cierra en vez de abrir puertas y ventanas de esperanza, de novedad……fruto del Espíritu…..que hace nuevas todas las cosas. Buen domingo. Fr. Che.

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