miércoles, 1 de abril de 2015

Localizado el esqueleto del viejo palacio Arzobispal

Pedro Pérez Hinojos en DIARIO DE ALCALA
Zonas del viejo palacio y de la huerta rastreadas por el georadar
La tecnología de georradar para escudriñar en el subsuelo sin necesidad de excavar ni remover la tierra no solo ha sido eficiente en la búsqueda de los huesos de Cervantes. También está resultando de lo más satisfactoria en la reconstrucción de los restos del viejo Palacio de los Arzobispos de Toledo, del que acaba de conocerse un revelador estudio arqueológico impulsado por la la Asociación para la Recuperación del Palacio Arzobispal (ARPA).
Las estancias y patios más suntuosos de este conjunto de origen medieval y esplendor renacentistas, sede del Archivo General Central del Reino desde 1858, fueron consumidos por un incendio en agosto de 1939 y por el abandono posterior. Hoy apenas queda la mitad de aquel monumental espacio arquitectónico, que durante muchas generaciones fue el auténtico referente artístico de Alcalá. Pero desde hace varios años dos investigadores locales, Gustavo Chamorro y Ángel Pérez, al frente de ARPA, están empeñados en rescatar sus restos en correspondencia con el valor histórico y artístico que atesoran. Una espectacular recreación digital del palacio presentada en el otoño de 2013 fue el primer resultado de sus esfuerzos. Y una completa 'radiografía' del viejo palacio a través de la prospección por georradar, con importantes hallazgos, es ahora su nueva contribución, sostenida solo por las aportaciones de ciudadanos privados y algunas entidades culturales de Alcalá.
A lo largo del pasado otoño se realizaron estos trabajos en los solares históricos y en la huerta del Obispo, abarcando una extensión de más de 25.000 metros cuadrados. Esta labor fue llevada a cabo por el geólogo Gianluca Catanzariti, un acreditado especialista con exploraciones tan importantes en su carrera como las efectuadas en Pompeya o Numancia. Contó con la asistencia arqueológica de Ildefonso Ramírez, un experto arqueología bajomedieval.
Las raíces de piedra
Las conclusiones de este trabajo de campo acaban de ser difundidas públicamente por ARPA. Así, según la extensa nota informativa elaborada por el colectivo, se han descubierto en el conjunto de los desaparecidos patios de Fonseca y de la Fuente los muros que conformaban los diferentes cuerpos de edificación. También se han localizado los nacimientos de varias columnas. El interior de la crujía sur del patio de Fonseca aparece colmatado hasta profundidades superiores a un metro y medio con materiales muy diferenciados, lo que se identifica como un sótano relleno de restos de piedra, procedentes casi con toda seguridad del incendio de 1939.
En el espacio libre del patio de Fonseca, al norte y al este del pozo central, existe una acumulación de forma elíptica que no concuerda con ninguna construcción conocida hasta el presente, lo que permite aventurar que sea anterior a las profundas reformas emprendidas en el siglo XVI por los arzobispos Fonseca y Tavera con el objeto de transformar el primitivo alcázar medieval en un palacio renacentista, siendo muy probable que contenga restos de la primera construccion. Además, en el espacio libre del patio de la Fuente, un jardín desde al menos la segunda mitad de siglo XVII, se han encontrados hondas acumulaciones de materiales y estructuras que el georadar señala como galerías abovedadas, cuya existencia no aparecía en la documentación conocida sobre el palacio "y que pueden encerrar importantes sorpresas", según el colectivo.
palacio ii
Radiografía de la Huerta de Obispo
En la parte norte de las ruinas todavía en pie, las prospecciones han permitido hallar el muro que cerraba al oeste el patio de la Fuente, así como los cimientos del pabellón construido en 1910 para aumentar la capacidad del Archivo General. Al sur de la torre noroeste del patio de la Fuente, conservada en parte, se aprecian estructuras en bóveda, y una forma semicircular que podría corresponder a una antigua noria. En la huerta de Obispo el georadar no ha hecho hallazgos relevantes, salvo trazas de antiguos caminos, acequias y conducciones de riego.
Con este informe, ARPA estima que el siguiente paso sería la realización de sondeos arqueológicos clásicos en los puntos de mayor interés marcados por el georadar. Esta tarea sobre el terreno tendría que estar acompañada por la investigación de la documentación de época que se conserva en el Archivo Diocesano de Toledo. También propone el colectivo poner en marcha el inventario de las numerosas piezas que permanecen en superficie en los terrenos del palacio, así como en diversos almacenes municipales y algunas colecciones públicas y privadas.
ARPA ya ha emprendido las gestiones destinadas a dar todos esos pasos, en los que debería tener mucho más peso el apoyo del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, por tratarse de una de las joyas más valiosas, más maltratadas y más desconocidas del patrimonio alcalaíno, cuyo esqueleto acaba de ser descubierto.

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