Después de la celebración de los JJOO de Pekín, siempre es bueno recordar que el deporte es fuente de valores positivos y, en muchas ocasiones, reflejo de la propia vida humana. Esto se comprueba en el vídeo que hace unos días ofrecían en Digizen con el sugerente título “Lo que se puede aprender en una carrera de 400 metros”. Creo que puede ser un vídeo interesante para trabajar temas como la perseverancia, el afrontar las dificultades, el papel del "p/Padre"… Así se presenta en el blog de Mario Nuñez:
En las Olimpiadas de 1992 en Barcelona, Derek Redmond era el favorito para ganar la carrera de 400 metros pero el destino le tenía guardado una prueba más retadora. A mitad de carrera Redmond se lastimó su pierna y estuvo unos segundos arrodillado en la pista padeciendo un gran dolor. Y de momento comprendió que tenía que llegar a la meta. Así que se levantó y cojeando malamente continuó la carrera. De repente sale de las gradas un hombre que evadiendo la seguridad llega hasta Redmond, lo abraza y lo ayuda a llegar a terminar la carrera. Ese hombre era su padre que entendió lo importante que era para su hijo completar el proceso.
En ese momento creo que Redmond entendió que llegar primero no es lo más importante, más importante es terminar lo que comenzamos. Más importante aún es lo que aprenderemos durante la jornada. Pudo sentir el gran amor de su padre que lo acompañó y no permitió que la seguridad evitara que pudiera terminar la carrera. Ganó mucho más que si hubiese llegado en primer lugar. Por primera vez entendió aquello de que “los últimos serán los primeros, y el primero último”.
Publicado en: Aula de Reli
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